Wikipedia

Resultados de la búsqueda

martes, 22 de septiembre de 2020


Equinoccio de primavera  

El día y la noche duran en esta jornada lo mismo y las horas de luz comienzan a aumentar hasta desembocar en el solsticio de verano el 21 de diciembre, dentro de 89 días y 20 horas

La luz del Sol empezará a robar cada día algunos minutos a la noche. Es lo que se conoce como el equinoccio de primavera, que supone el cambio de estación para dejar atrás el invierno. Es, justo, el proceso contrario a lo que ocurre a la vez en el hemisferio norte, que con el equinoccio de otoño deja atrás el verano y los días comenzarán a ver acortado el tiempo de luz solar.                                                                     

Este año el equinoccio de primavera, fenómeno astronómico, se producirá el 22 de septiembre a las 13.30, en el hemisferio sur, y terminará el 21 de diciembre.

El equinoccio de primavera es particularmente especial ya que en esta estación, la Tierra se encuentra en el centro de la órbita del Sol y este cruza el ecuador celeste hacia el norte, con lo que el planeta toma una posición tal que tiene la misma distancia con respecto al Sol en ambos hemisferios.

De acuerdo a la posición y a la inclinación de la tierra, los rayos del Sol tienen la misma distancia por lo que en el equinoccio la duración del día es la misma que la de la noche y entonces hay más luz 



La primavera es una de las estaciones del año que más cambios produce en la naturaleza, además de estar cargada de cuestiones mitológicas que tienen sus orígenes desde el comienzo de la humanidad y, que en cierta manera, están relacionadas precisamente con la fertilidad y la fecundidad de la tierra y de las especies.




El fenómeno astronómico del equinoccio
Inspira la creatividad y la imaginación
Y además de todo esto, la primavera también ha sido una temporada que inspira la creación artística y literaria y desde tiempos remotos, diversos poetas,  escritores y músicos han utilizado esta estación como recurso estilístico y en numerosas metáforas, como símbolo de fertilidad,  juventud y frescura.

 Un ejemplo de esto es la maravillosa obra de las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi y en especial, los movimientos que dedica a la primavera.